El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

martes, agosto 25, 2009

Sincronicidades

acá el miedo. también.
Dibujo: Melom


Soñé con esos juegos antiguos de pelotitas, donde debes hacerlas chocar entre sí, arriba y abajo, y se abren como alas y se chocan en los extremos, impulsándose mutuamente. Pelotitas solidarias. Era un juego verde. Soñé que muchas personas tenían de esos juegos y hoy, al mediodía, un niño iba haciendo sonar ese juguete imposible y anacrónico, de pelotitas rojas. Juro que esto es cierto.

Entonces vuelvo a las sincronicidades y afirmo que existen.

Existen, aunque sean la molesta subversión que amenaza lo racional.

Existen, aunque uno no haya leído nunca a Jung. Ni al Tao.

Existen, y de tanto en tanto, le dan cuerda a esa utopía, a ese aliento, a ese espejismo, la fe.

Como encontrarse con un cronopio improbable y fundamental, tantas veces, en la calle.

Como una llamada que libera las horas, justo cuando se la re-quiere.

Como perder el último bus en un puerto y ganar tantas otras cosas.

Como una veta que se abre desde la psique hacia lo profundo del universo, y que se salta la barrera de la fenomenología.

Como decir quiero, y que se pueda.

Como pensar ojalá, y que algo ocurra.

Como cruzar los dedos igual que a los cinco, pidiendo algo mejor que lo esperable.

Entender que no. Rogar que sí.

Cronopio escuchando A primeira vista (Chico César)

Y también:

martes, agosto 18, 2009

Pájaros


Vengo de soñar con pájaros rotos muchas veces. De soñar que personas que no conozco se cuelan mintiendo por el traspatio de mi casa. Vengo de la recurrencia de parir intimidades muertas, vengo del pozo siempre oscuro que es mi subconsciente.

Amanece un día y creo que no. Me pongo la elocuencia y el humor, y un vestido de primavera lleno de flores. Como esa película de Kim Ki-Duk donde la chica es tan triste que canta canciones felices para un preso. Dices que nos tomemos un té. Si supieras lo que un té significa para mí, no lo harías.

Entonces mejor me tomo un café y te hablo de lo que más me importa, que coincide con lo que más te importa a ti, que además no existe aún. Pero podría. Y se abre una pregunta tan grande en la mesa que casi nos caemos los dos adentro.

(No existe el mejor contexto)

Camino alejándome pero con la vista hacia ti, como los cangrejos, y al pisar una rejilla del metro miro hacia abajo y veo el abismo. Estoy parada sobre un fierrito agujereado con mis zapatos rojos y mi vestidito de nada.

Si cayera, sacaría de mi bolso un gran signo de interrogación, como el gato Félix.

Pero si cayeras tú también, tal vez la duda sería una exclamación, y los pájaros al fin se echarían a volar.


Cronopio escuchando Brother, where are you? (Oscar Brown Jr.)



viernes, agosto 07, 2009

Para/normal


Y no es verdad que no pregunte. No es verdad que no husmee, atisbe, entreabra, pida. No es verdad que no putee al cielo, que no escupa, maldiga, desconfíe, pise.

No es verdad que yo diga, que confiese, que comprenda: todo es sueño.

No es verdad que lo tenga claro, que no me arrepienta, que cierre la puerta. No es verdad que camine cuando me giro, que suba si alzo la vista, que me calme si me callo.

Algo extiende los dedos en la oscuridad. Veo en la sombra una pupila mía, fijo en ella la mirada y, frente a frente, susurro que no es verdad.


Stencil grafitti: Bansky

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