El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

miércoles, octubre 20, 2004

El karma de los hombres casados

Mientras miro el reloj y espero como santa estúpida que Rodigo se digne a marcar mi número telefónico aunque sea por equivocación, recuerdo con horror los días en los que juraba de guata que jamás saldría con un hombre casado. Claro, eran otros tiempos, en los que podía una escupir al cielo sin miedo de que le cayera en la cara. Al menos de manera inmediata.

El asunto es que a medida que uno va envejeciendo, el porcentaje de solteros se va estrechando peligrosamente. Y los que van quedando... bueno, con frecuencia basta un par de citas para darse cuenta de por qué no han sido privatizados. Saltándose a la buena cantidad de gays y neuróticos que plagan el mundo soltero, la verdad es que las posibilidades no son demasiadas. Así que más temprano que tarde terminé saliendo con un casado. Y con otro. Y con otro.

El primer problema con los casados es que no tienen tiempo. Reconozco que me han tocado los especialmente trabajólicos (debe ser el modelito I'm a bussy man, que me subyuga), pero los pocos minutos que rescatan son -obvio- para la familia. Cuando se trata de un happy hour a horas truculentas soy la compañía ideal, pero si se me ocurre llamar un fin de semana a las cuatro de la tarde, de golpe y porrazo soy "Juan, compadre, te llamo más rato" o simplemente no hay respuesta. Tuuuut. Tuuuut (y "usted será transferido a un buzón de voz").

El segundo problema es que son culposos. Y para colmo de males, esperan que sea yo la que les dé la absolución, la que los consuele por portarse mal y por tener ganas de comerme a mordiscos. Y guardarme yo también mis propios mordiscos, of course.

Confieso que esta dinámica de escuchar constantemente el "nunca antes me había pasado algo así", "estoy confundido", "no quiero hacerle daño porque es una buena mujer" y "necesito tiempo" me está generando un poco de urticaria. Y también ese arrepentimiento casi diabólico cuando los hechos ya están consumados. Justo cuando creo que me va a llegar un ramo de flores o por lo menos un picante e-mail para decirme lo bien que lo pasó, el sujeto en cuestión se hace humo, y si llego a pedir explicaciones me enfrento con el humillante "no eres tú, soy yo".

Siempre salgo de mis seudo relaciones con casados un poco más lastimada, un poco más escéptica y con el ego por el suelo. Una verdadera terapia de shock para el amor propio de cualquiera.

Muchas razones tendrán los curas para decir que la familia es la base de la sociedad (ellos, que abandonan a sus familias y jamás se casan, todo por algo incomprobable), pero lo que es a mí, el matrimonio me ha dado bastantes malos ratos.

3 Salenas, treguas y catalas:

At 10:20 p. m., Blogger Unknown dijo...

Es muy bueno eso sobre que "el matrimonio me ha dado muchos malos ratos" !!

Cronopio cronopio

 
At 2:31 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

y siempre sera asi por lo que me he dado cuenta a veces soy inmensamente feliz y dichosa y otras veces inmensamente infeliz y desesperadamente triste!!!!

 
At 11:07 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

y yooo confundida total!! vivienndo mi historia y esperando ser llamada :(

 

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