El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

viernes, octubre 22, 2004

Teacher (there are things that I don't want to learn...)

Ahora que el hombre de la bata blanca depuso su timidez y decidió asomarse a mi celular, ahora que se hace el simpático y solapadamente inventa maneras de verme (no sé si un hospital es el mejor paisaje para un romance, pero qué le voy a hacer), justo ahora que podría ser el minuto del happy end y los violines de fondo, se me viene a la cabeza Daniel.

Claro, es que ya había perdido mi training con los chicos del club del cáncer al dedo (léase casados) y ahora que se me abre esta nueva perspectiva, Daniel aparece como un eco de lo que no quiero repetir. Aunque nunca se sabe.

Lo conocí en la universidad. Era mi profesor en un ramo que de puro discreta me callaré y acababa de llegar de New York. Bronceado y con unos ojos calipso totalmente hipnóticos, el hombre sabía que cualquier guiño podía asesinar hasta a las paredes. Por si fuera poco, era absolutamente inteligente, de esos que si quisieran, podrían desarticularla a una con un buen argumento. Todo esto coronado por un acento irresistible y una simpatía poco común en los académicos. Y joven.

Las que piensen que es mucha maravilla para ser cierto, tienen razón. Por supuesto que alguien ya lo había visto mucho antes que yo, de modo que, aunque sin anillo, el tipo ya había firmado su exclusividad. Una tragedia.

Y como eso de que conocer los riesgos de antemano ayuda a prevenir es una descarada mentira, de todos modos me dejé llevar. Claro que él no opuso resistencia. Después de todo, era su pequeño período de soltero, hasta que llegara la oficial. O sea que también se hizo el lindo y tuvimos más de una velada, llena de insinuaciones y miradas petrificantes. Las clases se convirtieron en mi mejor pasarela, y los after class, en todo un desafío.

Pero como nada dura para siempre, la rutilante esposa lo llamó desde United States, y el voló -literalmente- a su encuentro, en la gran manzana. La noche antes de irse, eso sí, me ofreció pasar la noche juntos de la manera menos delicada posible. Para un hombre de su agudeza, todo un fracaso. Y aunque he tenido algunos momentos de arrepentimiento por esa respuesta, me negué. Supervivencia básica, que le dicen.

Volvió a los diez días, directo a nuestra clase. Entré a la sala con mi mejor cara de juego, dispuesta a encontrar en su rostro algo que remitiera siquiera tangencialmente a la alegría, o por lo menos a la simpatía, pero nada. Se marchó apenas acabó la hora como quien huye de la peste bubónica, y no respondió ninguno de mis siguientes e-mails.

Mi curso favorito pasó de un momento a otro a ser "la hora del horror" sin que mediara explicación alguna. Convertida en un verdadero estropajo moral, conseguí pasar el ramo con una nota ventajosa (nunca sabré si fue por mi capacidad o por su necesidad desesperada de deshacerse de mí).

Y como cerrar la boca nunca me resulta, terminado el semestre lo llamé para preguntar por qué se había transformado en el monstruo del silencio sin decir agua va. Confieso que ése es un trance por el que no puedo pasar sin sentirme solidaria con Glenn Close en Atracción Fatal. Las evasivas con que intentó responder me deprimieron aún más y luego de prometerle que no le cocinaría el conejo, dejé de intentar entender.

Después de ese capítulo espantoso, juré no volver a salir con los ya sacramentados. Y heme aquí otra vez, dispuesta a una cita que podría echar a andar mis peores pesadillas.

Creo que, después de todo, llamaré al doc y le diré que no nos veamos. Se ve perfecto, pero, como dice George Michael, "there are things that I don' want to learn..." Díganme cobarde, pero no quiero salir de esa consulta más enferma de lo que llegué.

1 Salenas, treguas y catalas:

At 10:09 p. m., Blogger Unknown dijo...

Sos muy graciosa ché cronopio...

Entiendo perfectamente la figura.

Agrego que están los quimioterapizados del cancer al dedo, que son los separados/divorciados. La enfermedad remitió, pero están latentes las secuelas.

Y aquí estamos con la quimio...

 

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