El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

martes, febrero 15, 2005

Los derechos de los pingüinos

En los temas de discriminación, siempre voy por los que la sufren. Me cargan los prejuicios idiotas, la dictadura de la mayoría, la incapacidad de ponerse en el caso de las excepciones. Finalmente, todos tenemos alguna excepción por la que nos hemos sentido discriminados. Pero debo confesar que mi debilidad por las minorías abusadas también tiene un límite. Y es que de pronto me parece que algunos se pasan de la raya, y de las demandas lógicas pasan al fanatismo descarado.

¿Por qué estoy dando esta lata? Porque esta mañana leí una noticia muy freak que llegó por el cable. Al norte de Alemania, en un zoológico, tienen seis pingüinos de Humboldt, todos machos, y que por esas cosas de la vida se han mezclado unos con otros más que amistosamente. En simple, se dan como caja, y los zoólogos, preocupados, decidieron insertar en el lugar de reclusión cuatro lindas pingüinitas suecas, para ver si los chicos se tentaban con ellas.

Hasta aquí, todo normal y hasta tierno. Resulta que los pobres copulaban unos con otros y empollaban piedras. O sea, algo andaba mal, y médicamente era necesario saber si los ejemplares eran realmente homosexuales o si se debía a la escasez de hembras. Sin embargo, apenas la directiva del establecimiento comunicó la decisión, furiosos movimientos de y pro gay protestaron, porque, a su juicio "los pinguinos tienen derecho a elegir libremente a sus parejas, y formarlas sin interferencia humana".

Aquí es donde ya el asunto me parece francamente tirado de las mechas. La directora, enjuiciada cual salvaje fanática que quiere desterrar la homosexualidad del planeta, sudaba la gota gorda explicando que sólo quieren entender el comportamiento de los animalitos, y facilitar su reproducción, ya que los pingüinos de Humboldt están en extinción (ahora reflexiono que si todos los pingüinos de esa especie tienen el mismo comportamiento, es entendible por qué se están extinguiendo...) Pero mientras más argumentos daba la zoóloga, más se enfadaban los pro-pinguinos-gay, como si los veterinarios fueran a obligarlos a formar pareja con las a estas alturas vapuleadas compañeras suecas, y asi humillarlos en su dignidad de pingüinos y en su libertad de opción sexual. Como si la presencia de las hembras fuese a coartar para siempre su felicidad gay.

Entrar en este tipo de polémicas simplemente porque unos pocos pingüinos solos como dedos deciden recrearse unos con otros me suena a musho. El razonamiento de los zoólogos me parece de lo más cuerdo -después de todo, no se trata más que de darles la posibilidad de aparearse con hembras, ni siquiera les han puesto cintas pornográficas de su especie, como a los panda en China- y la acción de las minorías, exagerada, por decir lo menos.

No sé qué me pasaría si estuviera demasiado tiempo encerrada en una jaula sólo con mis congéneres, pero ciertamente agradecería que me pusieran algún hombre enfrente. Claro que depende, porque hay cada cosa, que tal vez hasta preferiría quedarme con mis amiguitas. Pero eso es harina de otro costal.

0 Salenas, treguas y catalas:

Publicar un comentario

<< Home

Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.