El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

martes, junio 27, 2006

La desaparición del reflejo


“Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.”

Alejandra Pizarnik


Todos los dientes. Todos los dientes se le caían, primero de a uno, casi transparentes, y luego sentía cómo se soltaban, muchísimos, cerca de cincuenta, sin que entendiera anatómicamente cómo eso era posible; los escupía en el lavamanos con asombro, y sin embargo no era el fin del mundo. Despertó.

Caminó hasta el baño (¿era el de su casa? estaba confundida, un día sintió que casi era, pero hoy se sentía lejos) y se miró. O eso quiso, pero no. Del otro lado del espejo no había nada. Entendámonos: nada de nada. No un ojo, no una pestaña, no un brillo que anunciara que ella estaba ahí. Nada. La estantería de madera, la cerámica, la cortina transparentemente verde de la bañera. Eso sí se reflejaba. Pero ella no estaba. ¿Se asustó? Qué remedio, aunque no tanto como uno podría suponer que alguien se asustaría si desapareciera del espejo. Pensó en el mito de los vampiros, y pensó también que ella hacía tiempo estaba perdiendo la sangre. No, no era eso, decidió, aunque no podía verse el cuello para asegurarlo.

Se duchó cantando todavía, sin entender hacia dónde se había fugado su reflejo, preguntándose si podía uno sentirse completo cuando el que habita el otro lado de ti mismo te ha abandonado.

Sólo un par de días después se dio cuenta de que se había perdido, que en algún lugar de la noche ella se le había extraviado. Que era lo que no era, o que no era lo que era, o , en última instancia, que no sabía qué demonios era, ni dónde estaba. Dudó: ¿estaría ésa, su otra yo, pensando estas mismas cosas? Se respondió que no, que seguramente la otra (¿quién de verdad era la otra?) estaría ya tomando decisiones, que no miraba para atrás y que, de hecho, ésa era la razón de que se hubiera marchado. Se sintió doblemente abandonada. Sintió envidia. Casi habría peferido que se le cayeran los dientes.

Quiso que no le importara. Igual le importó. Cuando cumplía cuatro noches de sueños encriptados decidió salir a buscarla. En los cafés. En los discos. En la ropa. En los aros. En los diarios que escribieron en coautoría. No estaba.

El espejo se hizo mudo.

Un día, de madrugada, vio en las pupilas de alguien una boca. Una boca que se movía, que ella reconoció como la propia, y detrás nada. ¿Se entiende? sólo la boca flotando en las pupilas de ese alguien, pero algo es algo. Se fue contenta, y al otro día, en los ojos de uno que la amaba descubrió que no había una boca sino su mirada. Y así fue apareciendo, de a pocos, entre los párpados de los otros: una persona tenía una oreja, otra los dientes (no, no se habían caído), los pómulos, una uña. Coleccionó mentalmente los fragmentos, tuvo algo remotamente parecido a un reflejo. Era poco, era pobre. Sin embargo pudo dormir.

En la mañana intentó algo nuevo: probó sonreír. Su sonrisa, únicamente eso, apareció también, ahí detrás. Un poco débil, pero sí, era la de ella, en cinerama, con labios y todo. Su sonrisa, o la de la otra, pero ahí. Recordó recién entonces que alguien hace mucho tiempo le dijo que ella era un gato de Cheshire.

La otra (la otra que no era ella pero que no la dejaba ser sin estar), que seguía ausente, mandaba señales, pensó. Tal vez no era imposible la reconciliación.

Y probó de nuevo sonreír.

14 Salenas, treguas y catalas:

At 2:02 p. m., Blogger Ezequiel Wolf dijo...

Amo esa cita
Pizarnik...
sufrida ella que describiendo irradia constantemente modos de poetizar el sufrimiento.

 
At 4:05 p. m., Blogger bufonazo dijo...

Lo bueno, es que a duras penas igual intenta sonreir...

Si al fianal acá sólo venimos a reir, si no ries es un dia perdido....

 
At 4:22 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Joe Opino que lo perdido era cualquier cosa menos un reflejo. Quizás solo mucho talento, y una mirada minuciosa, para complicarse la vida. Mirada torpe al fin, porque confundir los dientes con otra cosa es torpeza muy grande.

Al final, no sabemos si era tuberculosis u otra cosa lo que escupía pero lo cierto es que se reconoce en la mirada del resto y quizás lo que realmente le faltaba eran ojos hacia adentro, y ver lo mismo que veía el resto.

Nota: La tuberculosis es de verdad una enfermedad grave y arranca a pedazos parte del pulmón, como el amor lo hace del corazón.

 
At 10:12 p. m., Blogger Fer Caleb dijo...

Mi vieja, que está bastante viejita, decía que su vieja, a la cual sólo recuerdo viejita, decía que cuando uno sueña que se le caen los dientes es porque alguien se está por morir...

 
At 9:53 a. m., Blogger yuriflame dijo...

Lo que cae es para que lo vuelvas a recoger....un abrazo mi niña linda...te echo de menos ya...


PD: Una Queja: Nos conocemos de años y aún no estoy entre tus sitios amigos...PROTESTO!! Como mi nuevo post...que te invito a leer

 
At 11:08 a. m., Blogger Mary Rogers dijo...

¡Qué buen cuento! Con la sonrisa ya pude adelantarme a Cheshire...

Lo último que debiera perderse es la sonrisa y por eso fue mejor la desaparición del reflejo que los dientes:=)

Un abrazo

 
At 2:35 p. m., Blogger Marga dijo...

Y tu Alicia tan perdida como la mía, al otro lado del espejo sonriendo... eso si, aunque sea en intento!

Me encantó!!! besossssssss sonrientes bajo un árbol y sin gato

 
At 6:27 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Te traigo un Trozo de playa, mi

TEORÏA DE LA RELATIVIDAD

Amor,
quisiera no tener tiempo en vos,
ser la vida, ese espacio que siempre está.

Amor,
quisiera vivir lentamente contigo,
ser los ojos, ese espacio que todo lo recoge.

Amor,
quisiera estar eternamente en tu risa,
ser la felicidad, ese espacio de tus arrugas.

Amor,
quisiera no ser tan ignorante
para poder entender contigo
la relatividad de este sentimiento,
de este espacio y de este tiempo.

Quizás los reflejos aparecienfo y esfumandose sean otra teoría.
Saludos, cronopio.

 
At 3:15 p. m., Blogger Explorando dijo...

...¿hey! ese texto tuyo me recuerda al mejor Gogol ¿lo estás leyendo? si no es así te recomiendo leerlo...


...una abrazo real...

 
At 3:59 p. m., Blogger jncanas dijo...

Me llamo la atención, aún cuando sé que eso es indicativo de una profunda equivocación, o de una mala manera de interpretar, la forma como usted termina, con un "sonríendo". Siempre me ha parecido, por que así me criaron quinientos años de colonialismo español, que uno no solo sonríe en ese único acto de desprecio de lo actual. Es también una forma de demostrar que nuestro Dios, por muy perpetuo que sea, no siempre está donde debe estar.
Nch.
http://piedeguerra.blogspot.com

 
At 5:16 p. m., Blogger yuriflame dijo...

Oiga mi niña...supe lo de su Dpto...que bueno hayas tomado la decisión de tomartelo con calma...cuando se deja lo que no gusta y se busca lo que llena, te ayuda a vivir en plenitud.

Un beso grandeee

 
At 5:42 p. m., Blogger alejandro cronopio dijo...

El espejo se hizo mudo.

Silencio.

hacía mucho que no pasaba...besos.

 
At 3:12 a. m., Blogger Joti dijo...

Claro,Alejandra siempre presente.
Y como dijo su amigo Julio C, al que usted conoce bien: la risa, ella misma...
la risa lo puede todo o mucho.
lindo escrito el suyo,
un saludo

 
At 3:32 p. m., Blogger principio de incertidumbre dijo...

adhiero a lo que dice espacio real.

;)

Muy lindo, xime.
Un gusto pasar por acá nuevamente.

 

Publicar un comentario

<< Home

Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.