El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

lunes, febrero 11, 2008

La máquina de soñar


Tenía tres años y medio cuando se la regalaron. Fue el mismo día que su abuelo llegó hasta su cama y la despertó para enseñarle a leer. Esa noche, cuando entre sus libros de cuentos jugaba a coleccionar vocales, la encontró, pequeñita, reluciente y bellísima: una máquina de soñar. Ella nunca había visto nada tan lindo. Era, además, un artefacto impredecible, que cambiaba de forma, de color y de tamaño. Fue difícil distinguirla al principio, pero con el tiempo se acostumbró a que tenía los contornos leves y luminosos, lo que la hacía inconfundible. La estrenó soñando que su perro era un caballo, la gata un tigre y las protestas de cacerolas vacías, un carnaval.

La máquina de soñar debía durar toda la infancia, resistir la dictadura, la separación de sus padres y proyectarse hasta las primeras incursiones eróticas de la adolescencia. Nada más. Después de eso, el riesgo estaba en la fatiga de materiales, en las distorsiones de los resultados, en el óxido de los ejes. Pero ella era demasiado cronopio para botarla. Y desobediente. La siguió abriendo cada noche de su vida, aun cuando se aceleró vertiginosamente la producción de pesadillas.

Alguien dice que no tiene sentido de realidad. Puede que sea cierto. Ella se avergüenza de eso un poco, sólo un poco, y en una caja de formica, dentro de un baúl, guarda la idiota su máquina de soñar. Aunque funcione poco, tarde y mal. Aunque marche sin que nadie la prenda, y se ponga a recortarle mordiscos a la verdad. Aunque ya no tenga ni un poco de esmalte, y nadie, ni ella, la pueda reparar. Aunque los engranajes le rasguñen a los ojos, el ombligo, el alma, la rodilla y los pies.

Abre su maquinita y va la idiota, de abismo en abismo, creyendo volar.

Cronopio escuchando Hand in my Pocket (Alanis Morissette)

Y también:
Imagínate (Silvio Rodríguez)
Sueño con serpientes (Silvio Rodríguez)
Sonho meu (Gal Costa y María Bethania)
In the arms of the angels (Sarah Maclahan)

10 Salenas, treguas y catalas:

At 7:02 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Aquí estoy, de nuevo. Hace varios días que presupuestaba una visita a este lugar tuyo, epicentro de tantos delirios, de tantas lástimas, de todavía más resentimientos.

Tú ya sabes que eres referente para mí. Yo no sé si eso es una caricia o qué. En general, mis referentes sueles ser remarcados o acaso caricaturescos, y como tu te afanas en escribir sobre llantos, sobre rabias acumuladas, sobre pérdida de virginidades y de sueños, has terminado por definirte del mismo modo en mi diccionario privado.

Lo curioso es que en varias etapas de mi vida, varios de los aliados o prójimos del momento, a mçi me han definido mças o menos como yo te defino ahora, aunque más sarcástico y escéptico, ÷ues incluso descreo de la desesperación y me acuerdo, a decir de Rimbaud, que "lo único insoportable es que nada es insoportable".

Yo no sé. Te juro que no sé. Es decir, yo también ando de infeliz o de nostálgico. Por estos días tengo mucha dificultad para concentrarme en el presente, incluso cuando todos mis sentidos son demandados al unísono.

Yo prefiero postergarme, en todo caso. Jugar a las escondidas. Ganar tiempo. No vaya a ser cosa que me encuentre de frente con la Felicidad y no me dé ni cuenta o esté tan ensimismado en mis infelicidades, que me pierda una de esas oportunidades vitales.

Eso si que no.

Te quiere. Te admira.


Perplejo

 
At 7:29 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Las maquinitas de sueños es lo que tienen. Requieren toques sabios, ausencias de miedos, conjuros poderosos que las reviertan en transmutadoras de la realidad. Su oficio inicial.

 
At 11:25 a. m., Blogger campesina dijo...

Lo bueno de ti, cronopia, lo lindo, es que tienes esa máquina de contornos leves y luminosos. Tal vez para suavizar los contornos duros de las cosas, para embellecer el dolor que así duele menos...o debería decir mejor. Lo bueno, lo bonito, cronopia, es que hay música en esa máquina de soñar, y "gracias a ella algo empieza a fluir..." (Michaux)
Sí, de abismo en abismo, vuelas.
Yo también ando, como dice Perplejo, de infeliz y de nostálgica. Y a menudo creo volar.

 
At 11:27 a. m., Blogger campesina dijo...

Lo bueno de ti, cronopia, lo lindo, es que tienes esa máquina de contornos leves y luminosos. Tal vez para suavizar los contornos duros de las cosas, para embellecer el dolor que así duele menos...o debería decir mejor. Lo bueno, lo bonito, cronopia, es que hay música en esa máquina de soñar, y "gracias a ella algo empieza a fluir..." (Michaux)
Sí, de abismo en abismo, vuelas.
Yo también ando, como dice Perplejo, de infeliz y de nostálgica. Y a menudo creo volar.

 
At 2:14 p. m., Blogger mixtu dijo...

uma máquina para sonhar... para sonrir...
tambien quiero una maquina para sonhar... que volo...

abrazo serranos

 
At 3:05 p. m., Blogger principio de incertidumbre dijo...

Eso pasa con todos los talismanes personales: uno no sabe cómo volver a ellos.

Un beso, xime.

Siempre queda flotando algo de tus post.

La canción de los ángeles (la que pasan en la película "Cadena de favores) siempre me hace lagrimear.

 
At 12:04 p. m., Blogger Livio dijo...

Hace tiempo que no encuentro la mía.¿Podrías guardarme un par de sueños en la tuya?

 
At 4:40 p. m., Blogger Explorando dijo...

...todo lo bueno se desvanece ¿no? y nos aferramos a ello con fuerza aunque en nuestras manos solo quede el rastro de oro de otro tiempo...

 
At 6:16 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Fragmento "Tabaquería" de Fernando Pessoa.



(Más anónimo que nunca, más insuficiente que nunca)

 
At 8:30 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Buenas letras, cronopio guapa.

Potente figura, esta máquina que dejó de serlo.

Lo que caracteriza a las máquinas es el determinismo, y a esta tuya le nació albedrío o simple azar.

Prueba a darle unos golpecitos leves, secos y rítmicos, como si de "sacar chanchitos" se tratara. En una de esas es sólo un sueño atravesado, que produce falla por delicuescencia onírica...

Recordarás la historia aquella de un durmiente que se soñaba él en medio de un sueño, sueño en el que hacía ingentes esfuerzos por despertar. Soñaba entonces que su sueño tornaba en pesadilla, soñando no poder despertar. Lo grave fue que al tratar de salir del sueño en que soñaba una pesadilla, éste también tornó en pesadilla cuando descubrió con espanto que no podía despertar.

Ese es un caso característico de esa falla en las máquinas de soñar, en que un sueño atravesado produce un fractal onírico.

En fin.

Cariños, Xi.
HH

 

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