Apnea
Tiene un metro noventa y tres y miedo. Tiene ojos gigantes y un murciélago negro adentro. Tiene treinta y un niño que tiembla. Escúchame, que esto es importante. Cuando me muera, no tiene que haber ningún puto cura. Ninguno. Y el cajón, que sea lo más barato que encuentres en el mercado. ¿Entiendes? Si me muero.
Pero no, no se muere. No ahora. Ahora es la vida que grita tan fuerte, que remece a los fantasmas arrinconados. Salen en bandada, los felices y los tristes, y como el día es territorio de besos, la noche cobija alguna que otra sombra. A veces, cuando tienen peso específico, se asoman a la garganta con tal desparpajo que él no puede más respirar.
La mujer que lo ama – porque hay una mujer que lo ama – se apuesta al costado izquierdo de él, con una red implacable, y va separando los sueños, va recibiendo mariposas y lagartijas, hongos y lunas en el parto onírico de cada madrugada, monitoreando el ritmo de su pecho con una mano, vaciando vacíos, colmando espacios.
Cuando viene la mañana, ellos espían al borde de la cama, con la respiración acompasada. Los sueños felices saltan por los costados y los atropellan sin respeto. Los oscuros, se agazapan jurando maldiciones. Ellos, los monstruos nocturnos de la garganta, tienen muchísimo más miedo que él. Será que se saben condenados a extinción.
Cronopio escuchando Todo o amor que houver nessa vida (Cazuza)
Pero no, no se muere. No ahora. Ahora es la vida que grita tan fuerte, que remece a los fantasmas arrinconados. Salen en bandada, los felices y los tristes, y como el día es territorio de besos, la noche cobija alguna que otra sombra. A veces, cuando tienen peso específico, se asoman a la garganta con tal desparpajo que él no puede más respirar.
La mujer que lo ama – porque hay una mujer que lo ama – se apuesta al costado izquierdo de él, con una red implacable, y va separando los sueños, va recibiendo mariposas y lagartijas, hongos y lunas en el parto onírico de cada madrugada, monitoreando el ritmo de su pecho con una mano, vaciando vacíos, colmando espacios.
Cuando viene la mañana, ellos espían al borde de la cama, con la respiración acompasada. Los sueños felices saltan por los costados y los atropellan sin respeto. Los oscuros, se agazapan jurando maldiciones. Ellos, los monstruos nocturnos de la garganta, tienen muchísimo más miedo que él. Será que se saben condenados a extinción.
Cronopio escuchando Todo o amor que houver nessa vida (Cazuza)
Y también:
Debajo de las higueras (Los Jaivas)
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7 Salenas, treguas y catalas:
Y cuando tus palabras, sonidos en colores que emergen vigilantes, ahuyentan a los malos suegnos (no tiene egne este teclado), el aire regresa a mí,y vuelves a darme vida de esa que sólo tú sabes darme: Pura Vida con sabor a verso y maravilla. Te amo, gracias mi Xi (tarrica).
qué texto con fuerza.
Ese hombre es muy altoo...
:)
Ese niño de treinta y esa partera amorosa me cautivaron, cronopia..
les mando un sueño feliz para colmar algún rinconcito.
muchos cariños para tí
Hola! la ultima vez que pase por aca fue hace 3 años.. es mucho. Me alegra saber que las palabras siguen saliendo :)
un beso
gigante en ataud barato ...huele complicado!!!! entretete el bocado ...
..."los monstruos nocturnos de la garganta, tienen muchísimo más miedo que él"...
...me encantó esa imagen...
...un saludo real...
saludos...
una paleta de colores, una tabla de quesos y el mejor vino. Asi se lee su texto.
me bajó la lesera y escribí...aunque el mio es:
acuarela rasca, galletas con paté de jamón y bigotiao "tres tiritones"
cariños gentiles querida cronopia.
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