El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

lunes, junio 09, 2008

Apnea


Tiene un metro noventa y tres y miedo. Tiene ojos gigantes y un murciélago negro adentro. Tiene treinta y un niño que tiembla. Escúchame, que esto es importante. Cuando me muera, no tiene que haber ningún puto cura. Ninguno. Y el cajón, que sea lo más barato que encuentres en el mercado. ¿Entiendes? Si me muero.

Pero no, no se muere. No ahora. Ahora es la vida que grita tan fuerte, que remece a los fantasmas arrinconados. Salen en bandada, los felices y los tristes, y como el día es territorio de besos, la noche cobija alguna que otra sombra. A veces, cuando tienen peso específico, se asoman a la garganta con tal desparpajo que él no puede más respirar.

La mujer que lo ama – porque hay una mujer que lo ama – se apuesta al costado izquierdo de él, con una red implacable, y va separando los sueños, va recibiendo mariposas y lagartijas, hongos y lunas en el parto onírico de cada madrugada, monitoreando el ritmo de su pecho con una mano, vaciando vacíos, colmando espacios.

Cuando viene la mañana, ellos espían al borde de la cama, con la respiración acompasada. Los sueños felices saltan por los costados y los atropellan sin respeto. Los oscuros, se agazapan jurando maldiciones. Ellos, los monstruos nocturnos de la garganta, tienen muchísimo más miedo que él. Será que se saben condenados a extinción.

Cronopio escuchando Todo o amor que houver nessa vida (Cazuza)

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