El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

lunes, diciembre 29, 2008

Untranslatable

"Y no es verdad que pediré socorro"

Alejandra Pizarnik

"I too am not a bit tamed,
I too am untranslatable"

Walt Whitman


"You have to understand the way I am, mein herr
a tiger is a tiger, not a lamb, mein herr"

Sally Bowles, en "Cabaret"


Se agradece la verdad y se maldice. Hay palabras frente a las cuales no se puede mentir silencio.

Escribí sobre el ritual solemne: el suicidio de las máscaras. Cuando caen los antifaces, a veces los párpados caen con ellos. Quedan la sangre y un dejo de gratitud porque la estocada ha sido oportuna.

Cada vez nos decimos: no ha dolido.

Ai, si yo fuera a contar cada cicatriz.

Cuando digo NO, no hablo de ti sino de mí.

Conocí un hombre cuya brújula apuntaba al sur. Conocí un hombre que paría jardines, y un gato con ojos de parque. Todo eso también cambió mi vida. Si digo soledad quiero decir compañía. No todo es instantáneo.

Traducir es una joda.

(Todavía hay leche en mi refrigerador)


Cronopio escuchando y viendo a la magnífica Liza Minelli en su performance de "Mein Herr", de la peli "Cabaret"

Y también:

martes, diciembre 23, 2008

Puntos negros


Cuando no amo a un hombre, no quiero sacarle los puntos negros, ni dormir con él, ni olerle el cuello sin que sepa. Me porto como un ser perfectamente razonable, y soy capaz de cierta frivolidad que hace mucho reír.

A veces hasta me reconozco en lo que digo.

Uno se engaña con muchísimas cosas. Por ejemplo con los olvidos. Por ejemplo con las determinaciones que esconden miedos. Uno se protege en el sitio equivocado y se expone en el sitio equivocado. Uno se recoge y sigue.

Pero de repente se te cruza una ardilla, un cuento pequeñito o un abrazo de ascensor. Uno al fin se alegra y sabe, verdaderamente sabe, que ha sido y es capaz de cosas lindas.

Dejo mi media en el balcón, y la de Inari. Si me concentro, seguro que amanece lleno de regalos.

Cronopio escuchando Stand by me (John Lennon)

Y también:

miércoles, diciembre 17, 2008

Flor de lis


A Xirok y a su librería mágica.
A Huérfanos 520, que será uno de mis
conjuros asesinamonstruos para siempre jamás.


Dicen que en los mapas antiguos se usaba para designar el norte. Debe ser por eso que llegué a ese sitio como un perro perdido y que, como un perro perdido, volví una y otra vez. Era enero de 2007. Me sentaba a la banquita y, hablando de literatura, no me dejaba sangrar. Él tampoco. Nuestro primer espejo común fueron las magulladuras.

Hablo de un cachorro herido que jugaba a adivinar. O de un viejo que conoce el retorno a la semilla de la flor que hace germinar. Hablo de un libro de madera que tallaba él mismo, para una mujer. Hablo de sus ojos vidriosos y su voz como una lámpara. Hablo del poeta que desenmascaré detrás del librero.

Digo que manó de ese sitio el vino y la literatura, y que nunca hizo falta decir amistad. Digo que hice de aquel lugar mi casa, el estacionamiento de mi bicicleta, el reposo del guerrero, mi gruta de oración, una fiesta. Digo que todo lo que allí se habló es seguro: en un jardín de palabras, las que salen de las bocas no son nunca acribilladas.

Digo que conocí allí personas insospechadas:

- Un poeta nieto de poeta, de pestañas como lianas, a quien arañé sin más excusas que mi furiosa precariedad.
- Un financista con delirios de filósofo, con quien compartí conciertos y todos los desacuerdos posibles, salvo el amor por ese lugar.
- Una mujer tan solidaria que ni ella misma conoció los alcances de su propia solidaridad.
- Un dueño de sex-shop tan suave y dulce, que bien pudo haber sido el sacristán del pueblo.
- Un chamán posmoderno, risueño y estepario, con facha de oso pardo.
- Un hombre tan hermoso que la huída sólo me sirvió para procurarlo con mayor alevosía.

Digo que encontré allí libros que siempre busqué, y me dejé seducir por otros que siempre me buscaron.

Digo que me llevé sin pagar la obra completa del Divino Anticristo, los poemarios de Xirok, un cuento que escribí de prestado y una foto de Teillier en la Unión Chica, bebiendo, captada y firmada por Julia Toro.

Digo que me guardo conversaciones iluminadoras, ebriedades existenciales, la certeza de que con literatura hay menos dolor (o al menos duele mejor), la revelación de saberme parte de una cofradía de bichos raros y queribles.

No sé si eso será o no la flor de una dinastía.

Pero es nuestro lirio y nuestra antorcha, y quiero pensar que si él, nuestro sumo sacerdote de los bares y los juguetes, se la lleva, si nos deja en su lugar una ausencia y una orfandad, es para buscar con ella, como en la heráldica antigua, el águila y el león.

Y para dejar, por fin, caer la cruz.

viernes, diciembre 12, 2008

La biblioteca



- En esos quince años me dediqué exclusivamente a poner libros. Uno tras otro. Pero de pronto pasó que no podía encontrar lo que buscaba. No sabía siquiera si estaba, si lo había prestado, si me lo habían robado. No estaba seguro de nada. Por eso me separé.
- ¿Para encontrar los libros?
- No. Para ordenarlos. Igual que cuando me fui de casa de mis padres. Sólo que con más libros.
- ¿Y ahora?
- Cuando busco uno, casi siempre lo encuentro.
- Lindo relato.
- Pero seguro que te parece de lo más raro.
- ¿El qué?
- Refundar la vida a partir de una biblioteca.
- Mmmm. ¿Y el postre? ¿te lo vas a comer?

Cronopio escuchando Y nada más (Silvio Rodríguez)

Y también:

martes, diciembre 09, 2008

=^..^=


Inari ha cambiado de idioma. Ya no dice "miau", sino "prrrrñá" o simplemente "prrr", con voz de mezzo soprano. Será la leche sin lactosa que insiste en tomar y que hace poco se apersonó en la nevera. Se la doy para que no se eche a perder cuando nadie la bebe.

Eso de nadie es un decir. Antónimo.

Ni por muy cuentacuentos que me esté volviendo logro el histrionismo para mentir las indiferencias que no tengo. Lo tarada no se quita con psicoterapia, está visto.

Nunca tomo somníferos antes de irme de copas, así que no tengo excusas para recitar a Ítalo Calvino en este bar. ¿Pensará el dependiente que me he vuelto incomprensible? Hay que darse permiso.

Prrrñá.

Cronopio escuchando Gato mojado (Malabia)

martes, diciembre 02, 2008

Amnios


Me he curado de la fobia a la oscuridad. Ya no cierro los ojos frente al espejo.

Voy por mi casa encontrando diálogos preconcebidos entre los objetos y me alegra pensar que al fin algo traman.

Abrir la puerta y oír un maullido pequeñito. Abrir la heladera para encontrarme esa leche horrible como pasadizo a lo hermoso. Abrir un libro y hallar una carta. Abrir la carta y hallarte a vos.

Entender mi biblioteca como un buzón. Mi corazón como una casa. Y esa casa como un vientre.

Ir cantando canciones de cuna por las aceras.


Cronopio escuchando: A la nanita nana (Cheetah Girls)

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