Baobab

y magnesio y hasta molibdeno.
Parece que cuando hay un baobab, uno no necesita nada más en la vida.
Un baobab no sólo da sombra y puede romper el asteroide B-612, de ser necesario; sirve para hacer cuerdas, hilo de pescar y remedios; alimenta a las cabras, las vacas y las ovejas. Incluyendo el cordero del principito.
Un baobab puede cobijar a una persona triste, pero además puede curar el dolor, bajar la fiebre, aliviar el asma. Puede hacer florecer las panzas.
Un baobab protege a una aldea con su espíritu.
En África están por todas partes, y nadie los transa por dinero. Habría que plantarlos aquí también, a nuestro lado.
Ahora resulta que los baobab están muy de moda y tiemblan de hojas y raíces, porque saben que más temprano que tarde acabarán entre las ambiciones de las forestales, los laboratorios, las transnacionales del lucro, los hombres de negocio que van por el mundo poniéndole precio a cada estrella y cada árbol.
Cronopio escuchando Tajabone (Ismael Lo)
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