Morituri

- Me voy a morir pronto.
- Malditos, siempre encuentran un modo de escaparse de mí.
Ríe Gabor, porque verdaderamente se está muriendo, porque lo sabemos los dos, porque esa muerte es la razón para que celebremos lo que estamos celebrando. Entramos a los bares en los que suena el flamenco en su honor, lo conocen, le exigen canciones. Bares en los que las copas se extienden como manos amigas. Y él va alegre de frío, tomado de mi brazo o mi cintura, colgando en un brote de marihuana su analgesia, sumergida en una botella su precariedad. No pide que yo fume, ni que beba. Pide que cante fuerte "A Felicidade", que lo mire fijamente, aun cuando hable con el resto, que no le mezquine la risa.
Cerca del amanecer, atragantado por un pastel de choclo, sonriente, acaso un poco ebrio:
- Yo podría pasar contigo este invierno.
- Sí.
- Deberíamos pasar juntos este invierno.
- Sí.
- ¿Pasemos juntos el invierno?
- Pasémoslo.
Y Gabor me abraza, con sus hermosísimos ojos brillantes, comiéndose toda la luz, porque ninguno de los dos sabe qué significa la primavera para él.
Cronopio escuchando La bohème (Charles Aznavour)