El Refugio de los Cronopios


"Los cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio."

Julio Cortázar

martes, abril 28, 2009

Blue Rondo


"- ¿Qué era eso?
- No lo sé.

Se le iluminaron los ojos:
- Cuando no sabes lo que es, entonces es jazz"

Alessandro Baricco. Novecento

Dicen que cuando David Brubeck hizo su "Blue Rondo a la Turk", lo tituló de esa manera no sólo porque estaba en un ritmo 9/8, que es un tipo de ritmo turco, sino también para "parafrasear" a Mozart y el final de su Marcha Turca, el "Rondo Alla Turca". Una paráfrasis bastante más lejana que la cita formal que, también desde el jazz, hiciera el turco Fazil Say y que es absolutamente asombrosa.

Dicen que cuando a alguien se le instala esta música específica en la memoria de los tímpanos, no duerme, no descansa, no conversa y sólo transita con los ojos cerrados evocando esa sensación.

Dicen que, pese a este riesgo mortal, cuando hay Brubeck en el ambiente, las copas huelen mejor y los cigarrillos se vuelven eróticos sin más.

Dicen que cuando el piano-jazz se estrella contra las orejas, hay un estallido nuclear que transforma los pies en ritmo y el corazón en un instrumento.

En esas noches ebrias de Blue Rondo, dicen, cualquier cosa podría pasar.

Cronopio escuchando el delicioso Blue Rondo A la Turk (David Brubeck)


Y también:

martes, abril 21, 2009

Cien veces no


No debo seguir soñando con jeringas contaminadas y bolsas al borde del río. No debo seguir soñando con botellas de buen vino en vasos plásticos. No debo seguir soñando con fiestas que terminan de improviso, con autos que me dejan a medio camino, con calles que se cierran sobre mis huesos.

No debo seguir creyendo que los artefactos eléctricos se han estropeado porque hice algo mal, o que el invierno va a llegar antes a mi balcón. No debo abrir la puerta, ni las piernas, ni las alas, antes de mirar a los dos lados. No debo cantar con los ojos cerrados mientras camino. No debo ponerles nombre a mis camelias. No debo creer todo lo que me digo.

No debo oír cuentos de hadas antes de dormir. Ni de terror. Cien veces no debo.

(Avísame cuando las haya cumplido)

Cronopio escuchando Guaranteed (Eddie Veder)

martes, abril 14, 2009

Abril


Abril es un mes de vida o muerte. Siempre lo ha sido. Lo sabe la dientona y lo sé yo. Sabemos también que hay quienes no lo saben sino hasta muy tarde.

Hay monstruos que esperan quietos tras esta luz oblicua de las mañanas, cuando huele tímidamente a té. A la dientona se le aparece un árbol de naranjas y a mí la panorámica de una ciudad al amanecer.

Nos abrazamos, temblando, al pie de una vitrina.

Ella tiembla una muerte; yo, una vida. Y viceversa. Decimos que no es nada, apenas un espasmo de la memoria que nos vuelve un poco transparentes. La obsesividad de los calendarios.

La verdad es que tememos las cosas que sólo ocurren en otoño: lo que se impone, lo que se muere, lo que quiere ser y no alcanza. Vemos una y otra vez caer ante los ojos nuestras hojas.

No es vocación de tristes. Ya no. Es como cuando pasas por una calle que te cambió la vida.

Por eso nos tocamos mucho más. Para verificar los cuerpos. Para darnos aliento. Para, tomadas de la mano, ver si cambiamos abril de signo, de rostro o de sexo.


Ilustración: Jimmy Liao

Cronopio escuchando ¿Quién me ha robado el mes de abril? (Joaquín Sabina)

jueves, abril 02, 2009

A propósito de un billete escrito

"Dinero, vil metal...
mensajes de amor de curso legal"

Joan Manuel Serrat



Me lo acaban de dar ayer, en el kiosco de la esquina, junto al hospital. Lo supe enseguida.

Muy tu style. Poético, inspirado, trasnochado, inocentito. Bah. ¿Crees que por timbrar billetes te salvas? Citas a nuestros autores, vas de inadvertido, pero lo supe enseguida. Una luca me bastó.

Y no sé cuántos echaste al mercado como botellas ebrias, como vidrios agrandando soles inexistentes, como banderas de la campaña que nunca hicimos. Pero de todos modos aquí está: gritándome tu nombre en tu nombre.

¿Qué quieres decir con este acto? Y eso que dices a todos, ¿me lo querías decir a mí?

Si "leer te hace rico", como pone la luca que tengo en el bolsillo, ¿por qué mierda nos perdimos tan luego esa riqueza que un día supimos atesorar?

Te podría denunciar, sabes. Por intervenir moneda nacional. Te podría denunciar por agitador y por destructivo, por escupeconsignas. Por caliente y por abandonador, te podría denunciar.

Pues mira: lo tengo, tu dinerito poético. Me ha llegado. Por supuesto, yo lo uso después que tú. Es tu modo de decirme que estuviste aquí antes. Que permaneces instalado en mi cartera o en mi bolsillo, en mi mano, entre mis dedos.

Qué psicomágico que eres. Qué espléndido. Qué resistente, soñador y lúdico. Más gente como tú es lo que haría falta. Eso es lo que pensarán todos cuando se encuentren con tus frases entre Prat y Gabriela, entre las papafritas y la cocacola, entre el pasaje y el peaje.

Yo no. Yo te conozco y te reconozco. Yo tengo en la estantería el cuento que me leíste cada noche. El poema que te leí cada mañana. Las lecturas que escribimos juntos. En todo eso, yo te sigo encontrando.

Yo no. Yo me rebelaré. Yo gastaré este billete y pondré a un lado de tu "leer te hace rico" mi "comparte la lectura".

Iniciaré una campaña paralela, sobre tus escritos. Transformaré lo que dices.

A ver si te enteras.

A ver si así nos volvemos, por fin, el texto solidario que debimos haber sido.


Cronopio escuchando Mensajes de amor de curso legal (Joan Manuel Serrat)

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